La base del negocio bancario está en las relaciones estables y directas con los clientes. Un modelo de negocio recurrente, bien gestionado y basado en la relación con el cliente a largo plazo es rentable para las entidades financieras y a los empresarios les aporta valor, servicios y productos ajustados a sus necesidades.
Hoy en día, no es fácil entender el desarrollo de la actividad empresarial al margen del apoyo bancario.
"el banco ofrece a la empresa financiación y recibe de ésta unos saldos como compensación. La empresa retribuye al banco las operaciones que éste le financia, y recibe a su vez una retribución por los saldos que mantiene. La empresa acude al banco en demanda de determinados servicios que no entrañan en si mismos riesgo para el banco, pero son cobrados por éste".
De manera que tanto la empresa como el banco dan y reciben financiación y retribuciones.
Sin embargo parece estar consolidada la idea de que las relaciones banca-empresa no se efectúan en un plano de igualdad, ya que normalmente a los bancos se les supone, o incluso adoptan, una aptitud de superioridad que les facilita la imposición de condiciones de valoración e intereses frente a la empresa. Las negociaciones rara vez se realizan al mismo nivel, a pesar de que las entidades financieras deben su existencia y obtienen su rentabilidad de su relación con las empresas y con sus clientes.
En NBM velamos por la viabilidad económica de su empresa y su principal objetivo debe ser obtener el volumen de financiación bancaria que precisa para el perfecto desarrollo de su actividad al mínimo coste posible. Asimismo conseguimos la máxima rentabilidad posible en sus excedentes de tesorería, sentando las bases para el progreso continuado de una relación estable y duradera con sus entidades bancarias, asentada en la confianza mutua y en la claridad y transparencia de sus negociaciones, encargándonos también de controlar el cumplimiento de las condiciones pactadas y de los acuerdos establecidos.